"Cada niño es un deslumbrante arco iris de posibilidades." - Fabio Deotto
beneficios de la práctica musical
Mejora la memoria, la concentración y la atención. Escuchar música motiva a los niños a aprender canciones con ritmos y letra que luego ellos pueden reproducir. Esto requiere un gran trabajo de atención y concentración pero en especial, de memoria.
Desarrolla el lenguaje y la comunicación. La mayoría de canciones infantiles son rimas que permiten que el niño se aprenda fácilmente, adquiriendo nuevo vocabulario que permanece en el cerebro. Con canciones e instrumentos los niños aprenden también a expresarse y comunicarse de una manera diferente al habla; esto los satisface mucho.
Desarrolla la creatividad y la imaginación. No hay nada más estimulante de la creatividad y la imaginación que poner un instrumento en manos de un niño. De manera instintiva empezará a tocarlo y poco a poco irá encontrando sonidos que le agraden y que irá repitiendo. En este momento la imaginación no tiene límites.
Estimula el cerebro para el razonamiento y la resolución de problemas. Está demostrado que la música estimula la parte derecha del cerebro que está dedicada al razonamiento lógico, la resolución de problemas prácticos o los números. Interpretan ritmos, descifran notas, duraciones y melodías.
Favorece la autoestima, la expresión de sentimientos y el control de los estados de ánimo. Aprenderse una canción para luego poderla cantar con otros niños, o papás, es una de las primeras y más grandes satisfacciones de un niño que permite se desarrolle su autoestima en la primera infancia. Luego esto se afianza más adelante al aprender un instrumento. Por otro lado la música es una gran canal para hacer aflorar nuestras emociones, Así aprenderán a diferenciarlas y a hablar sobre ellas; a controlar el estado de ánimo. Hay que tener en cuenta que una buena educación emocional es básica para el desarrollo de una autoestima fuerte y una personalidad equilibrada.
Favorece la socialización. Al hacer música en grupo, ya sea cantar, con instrumento o bailando, las relaciones se promueven y se rompen barreras por ejemplo de timidez.
Ayuda a mejorar la coordinación y el equilibrio. Es natural que un bebé comience a bailar o moverse al escuchar música. Bailar está estrechamente vinculado a la música y además ayuda a desarrollar la motricidad gruesa y trabajar el ritmo, el equilibrio y la coordinación entre las distintas partes del cuerpo.
Establecer rutinas y generar disciplina. El ritmo va estrechamente ligado a la rutina, y las rutinas ayudan a los niños a atravesar cambios durante el día de manera natural y sin estrés. Los niños aprenden a asociar ciertas melodías o canciones a distintos momentos del día. Esto dará armonía en el hogar.